por Anibal Rocheta
Apenas tenía 16 años de edad cuando decidí; junto a un primo, experimentar una nueva aventura, en el Parque Nacional Cueva de la Quebrada del Toro, en Falcón, Venezuela. Tomamos una cuerda vieja que estaba en mi casa y una linterna; y justo allí emprendimos camino a lo que sería el inicio de mi carrera como montañista. Recuerdo que ninguno de los dos teníamos conocimiento absoluto en el área, no estábamos para nada capacitados, pero la adrenalina y el deseo de aventurar, se apoderó por completo de nuestras mentes y de lo que sería en un futuro, una vida llena de retos.
Durante ese viaje aprendí muchas cosas, sobre todo a acampar, además el hecho de tener que saber cómo administrar tus pocos recursos durante un fin de semana, fue un completo reto. Utilizar la justa energía de la linterna, las provisiones para la comida y también aprender a identificar sonidos de la naturaleza es realmente maravilloso ¡Wow, una experiencia inolvidable! Dentro del parque nacional había una cueva acuática muy poca conocida, pero no existía mapas ni guías turísticos, prácticamente no había información alguna de ella. A pesar de la imprudencia (éramos unos adolescentes) adentramos a la cueva. Mi primo se amarró la cuerda a la cintura (él era mi ancla) y yo inicié ese recorrido, nadando, pataleando, observando cada detalle de aquél inmenso monumento, pude observar por primera vez murciélagos en su hábitat natural, peces sin ojos, salamandras pálidas, guácharo (oilbird), y otros animales. Luego de ese maravilloso encuentro único con la naturaleza, nos tocó caminar unos 10 kilómetros, por un camino de tierra que nos llevaría a dónde estaría el transporte y posteriormente unas 5 horas en carretera a casa. Esto fue en definitiva, punta de lanza para sumergirme en el mundo “outdoor” hasta el sol de hoy.
Con el tiempo, ya había hecho unos ahorros suficientes y decidí invertirlo en comprar buenos equipos, un bolso, una mejor linterna, carpas y algunos elementos esenciales que me servirían para las siguientes excursiones. A partir de ese momento, salieron diversas actividades que pude realizar durante mi juventud, como: Canyoneering (rappel dentro de cascadas), Puénting (saltar desde un puente en una plataforma a 150 metros del suelo), Escalar mi primera montana fuera de mis frontera (Perú), Caving (explorar la cueva del Guácharo, ruta no turística, una exploración que duró casi 26 horas dentro de la cueva) además aprendí de: escalada, montañismo, hiking y parapente. Asistí a competencias nacionales y experimenté el mundo de una manera única y “loca”, sí, asimismo porque el mundo es de los locos que nos atrevemos y que a pesar de los temores y riesgo disfrutamos cada minuto de adrenalina. Poco después, con tanta experiencia práctica y muchas capacitaciones, pude abrir mi propia empresa llamada Aguedo Xpeditions, la cual me permitía ayudar a las personas a introducirse al mundo “outdoor”, enseñándoles también a como a canalizar sus miedos y a mostrarles el uso adecuado de los equipos y los riesgos que se pueden tener en cada experiencia. Sin embargo, hacíamos cosas muy sencillas como caminatas en cuevas por pasillos estrechos, rutas de observación de naturaleza y descenso por cascadas con grandes niveles de agua.
Una vida de aventura implica muchas veces alejarse de tu familia y seres queridos, pasar tiempo metido en la selva o en la montaña es algo que no todo el mundo está dispuesto a asumir. En mi caso, siempre he sido muy inquieto y con el pasar del tiempo y las experiencias pude patentar esta grandiosa aventura a la televisión nacional de mi País, con un experimento entre varios compañeros del mundo outdoor y en aquél entonces la que fuese mi novia y hoy mi esposa y compañera de vida: María Teresa, viajamos por todo el país recorriendo ríos, lagos, montañas, cuevas, haciendo un show de tv de alta definición que se denominó: Expedición 20:09 y se logró establecer por casi 5 años. Hoy día, los vientos han cambiado un poco y esa búsqueda de conocer otros puntos cardinales, me mude a los estados unidos hace ya dos años, en donde por ahora me he establecido junto a mi esposa, digo por ahora porque nunca sabes cuál será el siguiente nivel en una vida llena de aventuras constantes. Actualmente, he estado desarrollando un proyecto dirigido a la comunidad latina en USA y el mundo, llamada LOCO POR LA AVENTURA. Donde a través de información técnica, fotos, tips de seguridad y consejos prácticos podrás hacer del mundo “outdoor” un lugar seguro y divertido. Así que: ¡NOS VEMOS EN SU SIGUIENTE AVENTURA!
ANIBAL ROCHETA es Venezolano, Guía profesional de aventura, camarógrafo y fotógrafo. Aníbal, liderizó expediciones de montaña en Venezuela y Perú. Con más de 15 años de experiencia, es distinguido como guía de montaña en la sierra de San Luis (Falcón – Venezuela); en dónde emprendió su amor por la naturaleza y dirigió excursiones en distintas cuevas. Actualmente, vive en Portland, Oregón; desarrollando un magnifico proyecto 4k denominado “Loco por la Aventura”.